Y
ahora, a pocos días de comenzar la Navidad, somos muchos los que recorremos
centros comerciales, jugueterías e infinidad de tiendas en busca de regalos
para estas fiestas navideñas. La situación cambia, todo es más difícil, pero
nosotros seguimos con lo mismo, con el consumismo como nuestro mejor amigo.
Hoy
os quiero proponer otra forma de regalar, de hacer un regalo importante y,
seguro, que más necesario: la felicidad
de un niño. Todos hemos sido pequeños alguna vez y no podemos negar que nos
encantaba recibir juguetes nuevos en Navidad (o cualquier otra fecha) para
poder “pasárnoslo pipa” con ellos, tener la última ‘Barbie’ o ‘Action Man’,
etc.; quizás a otros también nos haya servido con menos y con una simple goma
elástica nos lo pasábamos muy bien. Pero yo quiero recordar que hay muchos
niños que no saben lo que es un juguete y que todas estas cosas nunca las han
vivido.
Con
todo esto me quiero referir a la campaña “Un
Juguete, Una Ilusión” que crearon Radio Nacional de España y la Fundación
Crecer Jugando en el año 2000 teniendo el objetivo de enviar juguetes a países en
vía de desarrollo y a ONGs que trabajan en la cooperación y atención a los más
pequeños.
Esta
campaña se basa en el Derecho de los niños al juego, reconocido por Naciones
Unidas, facilitando el acceso de estos al juguete entendido como instrumento
lúdico y además, como complemento de socialización y aprendizaje. Jugar es una
de las actividades más valiosas para el desarrollo de los niños y el juguete es
muy importante para que los más pequeños puedan desarrollar su inteligencia,
creatividad, sociabilidad, afectividad, habilidad manual, lenguaje, motricidad,
aprendizaje de reglas de convivencia…
La
campaña, la cual también tiene un componente de publicidad en el que pretende
concienciar de esto al espectador, fomenta el desarrollo de los niños
despertando su ilusión y confirmando
que el juguete es un bien básico que divierte, educa, fomenta la creatividad y
sobre todo, ayuda a establecer vínculos y relaciones afectivas entre los niños.
Ésta
se basa en algo tan sencillo como comprar un bolígrafo, el “Bolígrafo Solidario” de “Un juguete, una ilusión”.
El bolígrafo solidario se convierte en un juguete para un niño. Por cada
bolígrafo comprado le llega un juguete a un niño, resumen de la filosofía de
esta campaña.Yo
os animo a que cuando lo veáis en alguna tienda, no dudéis en comprarlo.
¿Quién no lo haría simplemente por ver
sonreír a un niño?
¡Qué fotografía tan bonita la última! Yo me estoy particularmente sensibilizada con este asunto. Me alegro mucho que hayas dedicado una entrada a él.
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