Este verano tuve la oportunidad de hacer realidad una aventura junto con mis compañeros de piso que consistía en hacer un "roadtrip" Valencia-München en el cual haríamos una única parada a la ida en Biella (Italia) para visitar a una amiga y luego iríamos directos a la ciudad Alemana donde nos esperaba la novia de uno de mis compañeros.
Tras 27 horas seguidas conduciendo por turnos conseguimos llegar a Biella, y después de 3 días distribuidos entre esta ciudad y Torinno, emprendimos un viaje de 13 horas más en coche hasta München.
Durante el viaje de ida pudimos contemplar paisajes maravillosos por Francia, Italia, Austria y Alemania, paisajes que con mucho gusto compartiré con vosotros en futuras entradas.
Tras esta breve introducción de mi viaje a la capital Bávara, os contaré una de las muchas cosas que vi allí y me encantaron: La ciudad universitaria situada en las antiguas residencias para deportistas olímpicos junto al gran estadio que albergó la XX edición de los juegos Olímpicos de verano en 1972.
En esta fotografía podemos observar el plano de la ciudad universitaria que como vemos está dividida por pasillos ordenados por orden alfabético. En la parte superior de cada una de estas placas se pueden leer los nombres de aquellos deportistas olímpicos que ocupaban las estancias durante las olimpiadas.
El motivo principal por el que me encantó esta residencia universitaria es el echo de que todas las unidades que la componen tienen dos especies de mini escaparates dirigidos al público, uno que se asemeja a una ventana y otro situado debajo de este. Este "escaparate" es un lugar perfecto para que cada uno ponga aquello que más le gusta o que lo caracteriza, ya sean objetos referentes a sus hobbies o el montaje de un pequeño escenario que tiene un significado concreto para quien lo hace.
Esto son solo algunos de los ejemplos de lo que nos podíamos encontrar, en los que podéis haceros una idea de lo variado de los objetos que cada uno exponía en su pequeño mostrador.
Además de esto, lo realmente original es que cada cual es libre para pintar la fachada de su parcela de la forma que él quiera, con lo que toda la ciudad universitaria se transforma en un escenario lleno de colores en el que podemos ver murales de todo tipo, sin duda una forma ideal para crear buen ambiente en un sitio lleno de gente joven, bicicletas, espacios verdes etc. etc.
Aquí os dejo algunas fotos donde podeis ver lo que os describo.
Ya veis, desde un castillo con una nube en el que se puede leer: This is my green castle, hasta una reproducción del envoltorio de las chocolatinas milka pasando por una sevillana, El grito de Munch, un barco vikingo... todo vale mientras se respete a todo el mundo.
con esta imagen en la que podemos leer el mensaje: The analogue future is the HOME of a whole lot of LOVE, JOY, FUN ____ and... THE PARADISE! termino la entrada,que envidia me dan los estudiantes que viven aquí, ojalá tuviéramos un espacio como este en Valencia donde cada cual pudiese expresar lo que le apetezca de esta forma. por cierto, ¿os habéis fijado en cuantas bicis hay por encima de la acera, y aparcadas por todos lados mientras ningún policía esperando para poner multas o llevarselas? cuanto pierden las ciudades cuando se decide ir hacia atrás...
Me ha encantado tu entrada y, como dices, sería estupendo contar con un lugar así en nuestra ciudad. De todos modos, lo que más me ha gustado de todo lo que nos has contado, es tu última frase. Cuánta razón y qué triste... porque es cierta. O al menos yo la vivo como cierta.
ResponderEliminar