La Sala Sorolla del Museo de
Bellas Artes de Valencia en San Pío V alberga más de cuarenta obras que dan a
conocer la trayectoria artística de uno de los pintores valencianos con más
renombre nacional e internacional, Joaquín Sorolla (1863-1923). Esta colección
tiene como fin acercar su pintura a sus paisanos y visitantes que, como no
resulta de extrañar, seguro que ya han oído hablar de él.
En esta exposición se han reorganizado
y agrupado los lienzos que muestra la colección de forma que el recorrido
también nos acerca a la vida artística de Sorolla, desde sus años de estudiante
en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos hasta sus últimas creaciones.
Al entrar a la sala, en la parte
izquierda encontramos sus primeras obras como pensionado en Roma por la
Diputación de Venecia donde realizó varias academias
en las que demostraba sus cualidades para el dibujo. Dentro de éstas
encontramos dos desnudos, de un adulto y un niño con una bola, donde la luz desempeña
un papel protagonista y un bodegón el cual fue adquirido posteriormente por el
fotógrafo Antonio García Peris, su futuro suegro, ambos realizados en 1887.
Academia del natural, Joaquín Sorolla (1887)
Bodegón, Joaquín Sorolla (1887) / Bacante en reposo, Joaquín Sorolla (1887)
Siguiendo el recorrido nos
encontramos otras obras donde el género representado es el paisaje, con una
pincelada más suelta, esquemática e imprecisa. Destaca el uso del color. Nos
recuerdan la participación de Sorolla en certámenes que le proporcionarán fama
y reconocimiento.
En la pared donde se encuentra el
acceso hacia la segunda estancia de la exposición se encuentra un lienzo de
grandes dimensiones que, a mí personalmente, me llamó mucho la atención por su
gran colorido. En este cuadro se representa una escena tradicional y costumbrista
de la burguesía en el que la cuidada y detallada representación de los
personajes tiene especial importancia.
Sin lugar a dudas la parte más destacada de esta colección de Sorolla
son los retratos. La mayoría de
ellos dan testimonio de la sociedad del
tiempo del pintor y de su entorno amistoso y familiar.
De la primera sala cabe mencionar el díptico de la familia Grazow,
adquirido recientemente por la Generalitat.
La familia Granzow, Joaquín Sorolla (1905)
En la segunda sala se encuentran retratos posteriores y en algunos de
ellos aparecen representados miembros de su familia.
En el primero de ellos, el cual encabeza el cartel de la exposición,
aparece representada su hija la cual había tenido una enfermedad que la tuvo
postrada durante mucho tiempo; en él se aprecia la debilidad, tristeza y
lástima que siente ese pintor que sufre. La segunda imagen es un retrato de su mujer
Clotilde observando la Venus de Milo donde cabría destacar el uso de la luz. En
el tercero, aparecen representados sus suegros con un fondo realmente austero
en el cual sólo podemos fijarnos en las figuras humanas.
María convaleciente, Joaquín Sorolla (1907)
Clotilde contemplando la Venus de Milo, Joaquín Sorolla (1897-98)
Los abuelos de mi hijos, Joaquín Sorolla (1905)
A estas obras también cabe añadir
las efigies de algunas de sus amistades: los miembros de la familia del
escultor Mariano Benlliure, el del Conde de Artal, el de Federico Ferrándiz, el
de Cristino Martos o el de Amalio Gimeno. También el boceto que elaboró para el
periódico “El Pueblo”, el cual me llamó mucho la atención, dirigido y fundado
por su gran amigo Vicente Blasco Ibáñez.
Y hasta aquí un resumen de esta colección de Sorolla. Os invito a que os paseis por el Museo de Bellas Artes de Valencia y veáis cualquiera de sus exposiciones.
Una cuidadosa entrada dedicada a un gran artista. Muy bien, Pelush.
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