lunes, 19 de diciembre de 2011

Joaquín Sorolla


La Sala Sorolla del Museo de Bellas Artes de Valencia en San Pío V alberga más de cuarenta obras que dan a conocer la trayectoria artística de uno de los pintores valencianos con más renombre nacional  e internacional, Joaquín Sorolla (1863-1923). Esta colección tiene como fin acercar su pintura a sus paisanos y visitantes que, como no resulta de extrañar, seguro que ya han oído hablar de él.

En esta exposición se han reorganizado y agrupado los lienzos que muestra la colección de forma que el recorrido también nos acerca a la vida artística de Sorolla, desde sus años de estudiante en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos hasta sus últimas creaciones. 

Al entrar a la sala, en la parte izquierda encontramos sus primeras obras como pensionado en Roma por la Diputación de Venecia donde realizó varias academias en las que demostraba sus cualidades para el dibujo. Dentro de éstas encontramos dos desnudos, de un adulto y un niño con una bola, donde la luz desempeña un papel protagonista y un bodegón el cual fue adquirido posteriormente por el fotógrafo Antonio García Peris, su futuro suegro, ambos realizados en 1887.

 Academia del natural, Joaquín Sorolla (1887)
 
Bodegón, Joaquín Sorolla (1887) / Bacante en reposo, Joaquín Sorolla (1887) 
 
Siguiendo el recorrido nos encontramos otras obras donde el género representado es el paisaje, con una pincelada más suelta, esquemática e imprecisa. Destaca el uso del color. Nos recuerdan la participación de Sorolla en certámenes que le proporcionarán fama y reconocimiento.

 
En la pared donde se encuentra el acceso hacia la segunda estancia de la exposición se encuentra un lienzo de grandes dimensiones que, a mí personalmente, me llamó mucho la atención por su gran colorido. En este cuadro se representa una escena tradicional y costumbrista de la burguesía en el que la cuidada y detallada representación de los personajes tiene especial importancia.

 
Sin lugar a dudas la parte más destacada de esta colección de Sorolla son los retratos. La mayoría de ellos dan testimonio de la sociedad  del tiempo del pintor y de su entorno amistoso y familiar.
De la primera sala cabe mencionar el díptico de la familia Grazow, adquirido recientemente por la Generalitat.

 La familia Granzow, Joaquín Sorolla (1905)
 
En la segunda sala se encuentran retratos posteriores y en algunos de ellos aparecen representados miembros de su familia.
En el primero de ellos, el cual encabeza el cartel de la exposición, aparece representada su hija la cual había tenido una enfermedad que la tuvo postrada durante mucho tiempo; en él se aprecia la debilidad, tristeza y lástima que siente ese pintor que sufre.  La segunda imagen es un retrato de su mujer Clotilde observando la Venus de Milo donde cabría destacar el uso de la luz. En el tercero, aparecen representados sus suegros con un fondo realmente austero en el cual sólo podemos fijarnos en las figuras humanas. 

María convaleciente, Joaquín Sorolla (1907)

 
Clotilde contemplando la Venus de Milo, Joaquín Sorolla (1897-98)
 
 Los abuelos de mi hijos, Joaquín Sorolla (1905)

A estas obras también cabe añadir las efigies de algunas de sus amistades: los miembros de la familia del escultor Mariano Benlliure, el del Conde de Artal, el de Federico Ferrándiz, el de Cristino Martos o el de Amalio Gimeno. También el boceto que elaboró para el periódico “El Pueblo”, el cual me llamó mucho la atención, dirigido y fundado por su gran amigo Vicente Blasco Ibáñez.


Y hasta aquí un resumen de esta colección de Sorolla. Os invito a que os paseis por el Museo de Bellas Artes de Valencia y veáis cualquiera de sus exposiciones.

1 comentario: