miércoles, 16 de noviembre de 2011

Olvidamos que estamos locos, estamos locos porque olvidamos.


En esta entrada, me gustaría hacer referencia a un tema que tiempo atrás tratamos en clase, para a partir de ahí denunciar una situación que, si bien pensé que era un tanto surrealista que ocurriese a mediados del siglo XVIII, el echo de enterarme de que aún en nuestros días se produzcan situaciones similares, me parece increíble.

El tema en concreto es la situación en la que se encuentran algunos enfermos mentales en África a día de hoy.

Recuerdo que en clase estábamos hablando de la obra de Dalí “Construcción Blanca con habichuelas hervidas. Presagio de la Guerra Civil” momento en el que a parte de hablar de la obra en sí, también hicimos varios comentarios acerca de que lejos de no estar conectado con la realidad, Salvador Dalí demostraba estar muy en sus cabales al ser capaz de predecir un echo que estaba a punto de acontecer.

La clase continuó analizando cual era la situación que padecían los “locos” en el siglo XVIII, y decíamos:

“La locura, a mediados del siglo XVIII se valoraba como una posesión demoníaca, no como una enfermedad. Se los encerraba/ aislaba como incurables. A partir del S. XVIII se considera enfermedad que exige un tratamiento etc. Aun así pasaría muchísimo tiempo antes de que a los locos se les aplicaran remedios médicos humanos.”

Francisco de Goya. Corral de locos 1793-94.

Por otra parte, la aristocracia del siglo XVIII iba al manicomio como si de un parque temático se tratara (para que los locos les dieran un poquito de miedo).”

Más tarde continuamos con la clase hablando de la obra de que Thiodore Gericault había desarrollado por encargo del Dr.Georget en la que estudiaba la vinculación rasgos faciales-tipo de demencia que presentaba el paciente.

La clase tuvo un desarrollo muy interesante, pero realmente me dejó helada la escena que se formó en mi cabeza, imaginándome un escenario como el del cuadro de Goya, por el que una serie de individuos adinerados pasearan solamente por el placer de “recibir un susto”. Simplemente no cabía en mi cabeza como a alguien le podía emocionar la idea de, ya no hacer la vista gorda ante un echo horrible como es el de tener enjauladas a unas personas que necesitan ayuda de quien se la pueda prestar, sino que no contentos con no hacer nada por esa gente, regocijarse convirtiendo esta situación en un momento de recreo. Increíble, uno de esos momentos en los que pienso: Menos mal que parece que aunque lentamente, vamos hacia adelante y estas cosas ya no pasan.

Fue unos días mas tarde cuando para mi sorpresa, mientras estaba un rato sentado frente al televisor, puse “La 2” y me topé con esta noticia:

Ante la crudeza de esta realidad que ocurre mientras nosotros continuamos con nuestro ritmo de vida habitual, con nuestra doble ignorancia (de no saber qué ocurre, pero también de no querer saber, de ignorar de forma activa aquello que ocurre) yo me pregunto: ¿Somos así por naturaleza? ¿Pasan estas cosas porque hablamos de lugares en vías de desarrollo, o es posible que vuelvan a ocurrir cosas semejantes en un futuro en nuestra “realidad del primer mundo”? ¿Vamos a ser siempre esclavos de nuestros miedos, haciéndoselo pagar en la mayoría de las ocasiones a aquellos que son diferentes?

Ojala que lienzos como el de Goya, o documentales como el de “Los olvidados de los olvidados” sirvan para que haya gente que se plantee estas y otras cuestiones y no olvidemos por todo lo que hemos pasado hasta llegar al punto en el que nos encontramos, porque de lo contrario olvidaremos que estamos locos, y estaremos locos por haber olvidado.


2 comentarios:

  1. ¡Que bestia lo que hacen con las personas con problemas mentales en esas zonas del mundo! Es una verdadera lastima que la gente no este lo suficientemente preparada para darse cuenta que lo que tienen es una enfermedad y puede ser tratada. El cuadro de Goya me parece impresionante, como representa varios tipos de enfermedades mentales y como los pinta, mostrando las condiciones en las que los tenían. Las personas con enfermedades mentales son escasas, y esto me recuerda a la cultura Olmeca, en México, donde a los niños, con sindrome de down les daban un trato especial por que no eran comunes y eran especiales para ellos. Las cabezas talladas y varias de las figuras de barro muestran lo importante que los consideraban, desgraciadamente, no tenían los avances médicos y como los consideraban especiales y no enfermos, no recibían ni un trato especial en esta área, lo cual les afectaba bastante y no vivían mas de 15 años.

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  2. Muy bien por tu comentario y tu denuncia. No me he sentido capaz de ver la noticia. No es que intente vivir lejos de la realidad. Lo que me sucede es que soy, lamentablemente para mí, una sufridora nata. La locura se ha visto y se ve sometida a un grado importante de crueldad. ¡Qué horror! Muy buen título para tu entrada.

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