"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere tiene su hora: tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado, tiempo de matar y tiempo de sanar, tiempo de destruir y tiempo de construir, tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar, tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras, tiempo de abrazar y tiempo de dejar de abrazar, tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de arrojar, tiempo de romper y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar, tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra y tiempo de paz".
No sé bien ni cómo ni por qué, hace bastante tiempo, llegó este texto a mis manos. Será por Internet, será por esas tardes buscando algo y encontrando lo no buscado, será porque me paso horas en el ordenador, será porque no me canso de leer... Sí, efectivamente, es un texto bíblico que yo sin saber esto leí, interioricé y me gustó muchísimo.
Ahora sólo espero que lo leáis vosotros y os guste tanto como a mí. A veces, no apreciamos lo que tenemos, vivimos demasiado rápido sin aprovechar los pequeños detalles que nos encontramos día a día.
Hay tiempo para todo y cada cosa a su tiempo.
Hace mucho tiempo me propuse leer la Biblia. Me costó muchísimo, pues tiene partes difíciles. He olvidado de muchas cosas, pero recuerdo el libro del Eclesiastés y el Cantar de los Cantares como algunos de mis favoritos... Todo tiene su tiempo. Las cosas nos llegan cuando han de hacerlo. No lo olvides nunca.
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